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Camino Francés a Santiago en Bici - Etapa 11

Arzúa - Santiago de Compostela

16/09/2017

El desayuno estaba incluido, para tomarlo en el restaurante La Casa de Nené; no era el abundante buffet de los hoteles, pero estuvo sabroso. Regresamos al hotel y nos equipamos, muy emocionados de iniciar la última etapa del Camino. Por ser la más corta de las etapas programadas queríamos disfrutar cada metro del recorrido, así que seguiríamos fielmente la ruta de los peregrinos.


Amaneció muy nublado y con mucho frío, condiciones que se mantuvieron hasta avanzada la mañana. Luego de entrar a la Iglesia de Santiago de Arzúa, donde estampamos un muy lindo sello en nuestra credencial, rodamos por caminos de tierra junto a los peregrinos, siguiendo senderos bellos y con mucha vegetación.

Pasamos también por extensiones gigantescas de siembras de maíz, que cultivan sólo para consumo animal.

La vía nos llevó por veredas preciosas, en contínuos subes y bajas, pasando por los poblados de Pregontoño, A Peroza, Calzada y Boa Vista. Al llegar a Salceda paramos en un bar a tomar una infusión bien caliente de frutos rojos. Allí nos colocaron el sello más feo de nuestros pasaportes; algo parecido, para los que vieron la película The Way de Emilio Estefan, al sello de “EL RAMÓN”, que nos mató de la risa. Continuamos El Camino acompañados de niebla y frío.


A medida que nos acercábamos a Santiago aparecían con más frecuencia puestos, posadas y cafés a los lados del sendero; como uno muy simpático en el que los peregrinos se tomaban su cerveza y luego inmortalizaban la botella con su nombre y las guindaban en un árbol dentro del área abierta del local, o las apilaban sobre los muros alrededor de éste. Cada región y cada sitio, con su ingenio, quedan grabados en la memoria de los peregrinos.

Seguimos por A Brea, luego una subida prolongada hasta Santa Irene, para luego compensar con largas bajadas pasando A Rúa y O Pedrouzo.

En algunos de estos senderos RR se detuvo a abrir unos curiosos frutos que habíamos visto desperdigados por todo El Camino, que en estos parajes de Galicia se veían formalmente sembrados, lo que llamó su atención. Eran unas bolitas peludas, como con pinchos, que caídos del árbol cubrían el suelo. Al abrirlo, ¡qué sorpresa! Eran castañas. De allí en adelante quisimos recogerlas para llevarnos a casa, pero ya otros peregrinos se nos habían adelantado, pues en su mayoría encontramos frutos ya abiertos.


Siguieron las subidas, bajadas y de nuevo una intensa subida hasta Amarelle, donde comenzamos a oír los aviones. Estábamos llegando a la cabecera del Aeropuerto de Santiago, lo que nos hizo sentir ya muy cerca.


Unos Kms. más adelante, luego de pasar San Paio y Lavacolla, el hambre nos hizo buscar un sitio donde comer y luego de la subida hasta Villamaior paramos en una posada café al borde la ruta, donde comimos unas ricas croquetas de jamón Ibérico, acompañadas de pan gallego y unas refrescantes claras de cerveza tostada. Descansamos un rato, maravillados de ver pasar tantos peregrinos.

Continuamos rodando y a los pocos Kms. llegamos al Monumento y Parque do Gozo, desde donde ya se podía ver Santiago.

El ánimo entre la gente que circulaba por el parque, en su mayoría peregrinos, era de algarabía y triunfo, un verdadero y profundo gozo, como el nombre del parque.

Las siguientes pedaleadas eran como de descuento, sentíamos como crecía la ciudad y el Camino discurría paralelo a la carretera y autopista que daban acceso a Santiago. Comenzamos a dejar los caminos del sendero para recorrer las aceras de la ciudad.

Desde la entrada a Santiago rodamos varios Kms. más siguiendo las veneras, para lograr culminar en la Catedral de Santiago de Compostela. ¡Habíamos llegado! Estábamos en la enorme plaza de Obradoiro donde está la entrada principal a la Catedral y el emblemático Pórtico de la Gloria. Lastimosamente no pudimos verlo de cerca pues toda esa zona de la Catedral está en remodelación.

En varias oportunidades recorriendo El Camino dudamos si lo podríamos lograr; RR venía de una muy reciente neumonía y el frío y las lluvias mermaron mucho su capacidad pulmonar. Pero afortunadamente, las dudas de ambos no se concretaron. ¡Lo logramos!

El ambiente en el centro de la ciudad era impresionante; peregrinos y visitantes por doquier. Buscamos nuestro hotel para dejar la carga y poder entregar las bicis (nuestras fieles compañeras del Camino), ya que en el hotel no había lugar para estacionarlas. Luego de entregarlas nos dirigimos de nuevo a la Catedral, pero la fila para entrar era larguísima.

Preguntamos entonces cómo llegar a la Oficina de Atención al Peregrino para solicitar nuestra Compostela, pero también habían demasiados peregrinos en el lugar y el personal de seguridad en la puerta nos aconsejó que fuéramos a la mañana siguiente.


Nos regresamos al hotel, para bañarnos y vestirnos con ropa LIMPIA, de nuestra maleta que nos esperaba en el hotel y descansar un rato antes de salir a cenar.


Otro ángel a distancia fue nuestro amigo de natación en Caracas, Alexis Dinamarca. Cuando se enteró por nuestras publicaciones en FB que hacíamos El Camino, ofreció enviarnos datos de sitios para comer y visitar en Santiago. Lo que nos envió por Whatsapp fue la propia guía Michelin de la ciudad, con direcciones de Google Maps y sugerencias de platos que no debíamos dejar de probar. Revisamos todas las opciones con detenimiento; tantas, que debíamos escoger. Nos decidimos ir a cenar a Casa de Xantar o Dezaseis, ya que no abría los domingos. Por suerte fuimos temprano; parecían sólo atender con reservación. Allí comimos como reyes celtas, tal como nos describió Alexis; platos exquisitos, con una atención excelente y en un local con carácter. Fue el cierre perfecto de la jornada.


Aprendizajes

Esta etapa quedó planificada excelente; una distancia más corta para nuestras piernas ya cansadas. Fue muy bella y la disfrutamos muchísimo, a pesar de la lluvia matutina y lo mejor, llegamos temprano a Santiago. Es importante llegar con suficiente tiempo para poder obtener la Compostela y recibir la bendición en la Misa de Peregrinos en la Catedral, antes de partir de la ciudad. Suponemos que dependiendo de la época del año y del día de la semana encontrarán más o menos gente. Nosotros recomendamos quedarse un día en Santiago, vale la pena vivir un poco más de la ciudad y de su gastronomía. En el siguiente post les daremos unos datos buenísimos.


Ruta y altimetría de la etapa 11: Camino Francés Arzúa - Santiago de Compostela

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