top of page

Camino Francés a Santiago en Bici - Etapa 4

Logroño - Viloria de Rioja

09/09/2017

Salimos a las 7 am del hotel, todavía oscuro y bajo una fina lluvia, buscando llegar temprano al centro de la ciudad de Logroño, recorrerlo un poco y tener tiempo para desayunar. Adicionalmente, teníamos que buscar una oficina de correos para enviar de vuelta las llaves de la posada de Estella, que nos habíamos traído por descuido.


Llegamos de nuevo al paseo fluvial al margen del río Ebro y cruzamos el puente de piedra, entrando al centro de la ciudad. Muchos peregrinos salían a las calles, preparándose para iniciar la jornada.


La lluvia continuaba y buscamos un lugar donde desayunar. Llegamos a la calle Los Portales, donde una parte de la vía está bajo techo y allí encontramos el Café Calenda. Dejamos las bicis aseguradas y bajo el techo, frente al local. Entramos a desayunar. Todo estuvo exquisito: jugo, café con leche, croissants rellenos de jamón y queso; como la lluvia seguía, hasta un dulce pedimos. Recibimos una atención maravillosa, como pocas veces antes. Incluso nos dieron las indicaciones para llegar a la oficina de correos más cercana.


Estuvimos un buen rato esperando en las puertas de la oficina de correos; era sábado y no abrían sino hasta las 9:30 am. Poco antes de la hora de abrir salió alguien de la oficina para avisarnos que, si queríamos hacer envíos, debíamos ir a otra sucursal porque tenían problemas con el sistema. Nos fuimos apurados a otra oficina, donde pudimos resolver el envío rápidamente e iniciar el recorrido del día. Lo positivo de toda esta espera fue que el día aclaró un poco y pudimos comenzar el Camino sin lluvia.


Ubicamos y seguimos las veneras.

Nos llevaron a atravesar el hermoso parque y embalse de La Granjera. Allí nos reencontramos con la pareja de norteamericanos con quienes habíamos compartido Camino en nuestro segundo día. Nos saludamos efusivamente y coincidimos durante buena parte de la ruta de ese día. Ellos iban con un grupo de turismo de una empresa canadiense.

De La Ganjera salimos a la carretera local y por allí rodamos, con lluvia, hasta Navarrete.

Atravesamos el pueblo hasta encontrar la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, donde entramos para conocerla y estampar su sello en nuestras credenciales. Tenían una imagen preciosa de la Virgen que nos recordó mucho a nuestra Virgen de Coromoto. Nos conmovió inmediatamente y estuvimos largo rato parados frente a ella, orando para que intercediera por nuestra Patria.

A las afueras, un grupo grande de Bicigrinos con quienes solíamos coincidir.

Seguimos por la carretera local, evitando el desvío hacia Ventosa, que es parte del recorrido normal del Camino, pero queríamos recuperar un poco de tiempo por el retraso de la mañana.


Llegamos a Nájera y rodando por un reconfortante bajada a lo largo del pueblo, nos llamó la atención la bandera tricolor que llevaba un peregrino en su gorra; era un compatriota venezolano, que realizaba el Camino por tercera vez.

Luego de saludos, compartir vivencias, la foto y desearnos Buen Camino, llegamos a un hermoso parque donde compramos nuestros bocadillos, almorzamos y descansamos al aire libre.


Buscamos y seguimos las veneras para atravesar Nájera, llegando a su iglesia. Pero había una boda y no pudimos entrar. Continuamos el Camino saliendo de la ciudad, buscando la carretera local asfaltada.


Siguió un largo y pesado recorrido por interminables subidas, algunas bajadas y llanuras, a veces acompañados por los impresionantes viñedos de La Rioja.

Pasamos de largo Azofra y Cirueña y finalmente a lo lejos divisamos Santo Domingo de la Calzada.

Nos pareció eterna la entrada a Santo Domingo, hasta llegar a su centro histórico, con su albergue, plazas y su impresionante catedral.

Apuramos el pedal porque en Viloria de Rioja, donde dormiríamos, nos iban a buscar una amiga de la infancia de MT y su esposo. MT estaba emocionada por el reencuentro y cenaríamos todos juntos.


Pero a pocos Kms, apenas saliendo de Santo Domingo, se nos pinchó una llanta y debimos buscar un claro al borde del camino para repararla. Nos llevó más de 1 hr; ya pasaban las 6 de la tarde y había un fuerte viento, cuando una camioneta se estacionó unos metros delante de nosotros. El móvil de MT sonó. Eran Idoia y Álvaro, sus amigos. Luego de efusivos saludos y entre manos engrasadas y risas, Idoia y Alvaro se llevaron las alforjas para que nosotros pudiéramos rodar sin peso los 10 Kms que nos separaban de Viloria de Rioja. ¡Qué va! El viento en contra era tan fuerte que apenas lográbamos avanzar. Como pudimos montamos las bicis, alforjas y nos apretamos en la camioneta. ¡Qué bendición haber programado ese encuentro! Idoia y Alvaro resultaron nuestros ángeles de ese día.


Viloria de Rioja es un pueblo mínimo, donde sólo destaca Mi Hotelito, una posada preciosa, decorada con muy buen gusto, con habitaciones comodísimas y donde la Sra. María Rosario se esmera en atenderte como reyes. Allí dormiríamos esa noche.


Nuestros ángeles esperaron a que nos bañáramos, para salir juntos de paseo ya renovados y en carro, a Santo Domingo de la Calzada. Al volver al pueblo conseguimos la Catedral abierta libremente al público, pues estaban celebrando una misa especial ese día. ¡Con razón no habíamos conseguido alojamiento allí! Entramos y quedamos maravillados con un recinto precioso, frescos enormes e impactantes, el gigantesco órgano y un coro celestial que acompañaba la devoción de los feligreses durante la misa. ¡Y hasta un gallinero por la famosa leyenda de la gallina que cantó luego de asada!


Luego Idoia y Alvaro nos llevaron al restaurant La Cancela, donde habían reservado. Fue una cena exquisita, donde probamos la gastronomía típica de la Rioja, como las chuletas de cordero lechal y uno de sus espectaculares vinos. Luego salimos y caminamos por el pueblo. ¡Cuán diferente se ve de noche que de día!


Pasamos una velada maravillosa, muy especial. Nuestros amigos nos llevaron de vuelta a nuestro Hotelito y siguieron camino a su casa en Vitoria, más de una hora de recorrido. ¡Gracias por tan maravilloso encuentro!


Aprendizaje:

De éste día podemos decir que hagan todo lo posible por conseguir alojamiento en Santo Domingo de la Calzada, es un pueblo que vale la pena disfrutar de noche. También la distancia de Logroño hasta Santo Domingo es la perfecta para recorrer en bici en un día.


Ruta y altimetría de la etapa 4 (en dos partes porque se nos cortó Wikiloc):

Commentaires


bottom of page